Por Ing. Agr. Luis A. Acuña
Desarrollo Comercial, Rainbow Bolivia
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Entre los principales factores que limitan la obtención de altos rendimientos en el cultivo de soya están las enfermedades.
La importancia económica de cada enfermedad varía de año para año y de región para región, dependiendo de las condiciones climáticas de cada campaña. Las pérdidas anuales de producción por enfermedades son estimadas en cerca de 15 a 20 %, entre tanto, algunas enfermedades pueden ocasionar pérdidas de casi 100 % (Manual de Fitopatología 2005).
A pesar de todos los esfuerzos en el área de mejoramiento genético y biotecnología en la obtención de variedades resistentes a enfermedades más destructivas, el cultivo de soya no puede prescindir de la protección química de los fungicidas, pues solo produce establemente si es adecuadamente protegida.
El uso de fungicidas para el control de enfermedades de la planta puede ocurrir en diferentes momentos, intervalos y frecuencias de aplicación. La adecuación de estas variables permite la definición de esquemas de control más eficaces para cada situación.
Tomando en cuenta estas variables Rainbow cuenta con los siguientes fungicidas dentro de su paleta:
Fungicida co-formulado, granulado de alta concentración, formulado con Tryfloxistrobin 25% + Tebuconazole 50%. Una herramienta, que combina un doble modo de acción para el control de enfermedades foliares como Roya, Enfermedades de Fin de Ciclo (EFC), Antracnosis, Helmintosporiosis. Alta sistemia y fuerte poder curativo y residual.
Fungicida co-formulado, granulado y de gran concentración, a base de Tryfloxistrobin 49% + Cyproconazole 21%. Muy buen control de Roya, Oidio y el complejo de Enfermedades de Fin de Ciclo en Soya (EFC), en diferentes estadios de la enfermedad. Gran poder residual y baja toxicidad para el aplicador, por ser un fungicida banda verde.
Fungicida co-formulado, a base de Azoxystrobin 20% + Cyproconazole 8%, recomendado para el control de enfermedades en el cultivo de Soya, en su etapa reproductiva temprana. Gracias a su doble modo de acción, controla enfermedades foliares, reduciendo fuertemente el riesgo de aparición de cepas resistentes.
El beneficio real estará asociado a la selección de los productos más efectivos para cada escenario, garantizando que su inversión en manejo se refleje en el rendimiento final del cultivo (Kg/ha).