Por Ing. MSc. Jovanna Vargas Rodas
Jefe de desarrollo e investigación - Rainbow Bolivia
PLAGAS QUE AFECTAN EL CULTIVO DE LA SOYA
Año tras año las plagas agrícolas presentes desde la siembra hasta la cosecha causan pérdidas económicas significativas en los cultivos, si no se toman las medidas necesarias de control.
Con relación al cultivo de la soya en Bolivia, muchos factores han coincidido para la aparición de nuevas plagas, entre los que podemos citar: las condiciones ambientales, la expansión de la frontera agrícola, la explotación inadecuada de un solo cultivo que a largo plazo potencializa las plagas, así como el mal uso de los agroquímicos.
Tan solo en los últimos 30 años, el número de plagas en el cultivo de la soya en Bolivia se incrementó de manera significativa, pasando de 10 plagas de importancia económica (CIAT, 1990) a cerca de 40 registradas por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria (SENASAG, 2020), algunas de las cuales aún no han sido registradas. Al respecto, Altieri (1994) menciona que: “el mal uso de los agroquímicos, refiriéndose estrictamente a las comunidades naturales, ha generado la ruptura de la estabilidad ecológica; cuanto más ha sido modificada una comunidad vegetal, más abundantes y serias han sido las plagas”.
Hoy día en los ecosistemas agrícolas vemos como las comunidades de organismos benéficos han sido afectadas por las practicas humanas, dando resultado a la disminución de sus poblaciones que son las responsables de mantener en equilibrio a las plagas agrícolas, de ahí la necesidad de encaminar las técnicas de manejo con prácticas que minimicen los efectos negativos sobre los organismos benéficos.
Asimismo, en el mercado de agroquímicos hay pocas alternativas con mecanismos de acción diferentes, lo que ha generado que aplicaciones sucesivas de un mismo mecanismo de acción permita la aparición de “RESISTENCIA”, siendo que productos que empezaron como grandes alternativas de control hoy no presenten la misma eficacia.
Cualquiera sea la técnica de manejo que vayamos a implementar, todo programa de MIP empieza con el reconocimiento del impacto de las plagas sobre el desarrollo y la producción de cada cultivo, donde gran parte del éxito dependerá de la identificación de la plaga y su daño.
DISTRIBUCIÓN DE LAS PRINCIPALES PLAGAS EN LAS FASES DE DESARROLLO DE LA SOYA
En la imagen siguiente, presentamos la distribución de las plagas de acuerdo a su aparición en las diferentes fases fenológicas del cultivo de la soya
En Bolivia existen registradas cerca de 40 plagas de importancia económica por SENASAG para el cultivo de la soya, sinembargo hay algunas que no figuran en las listas actualizadas tales como: Rhysomatus subtilis (Picudo de la vaina), Caliothrips phaseoli (Trips de la soya), Ceresa brunnicornis (Búfalo de la soya), Rachipusia nu (Rachiplusia), Melanogramiza sojae (Mosca barrenadora), y Helicoverpa armígera (Helicoverpa).
De acuerdo al ciclo fenológico del cultivo de la soya, en la fase de germinación y emergencia es preciso tomar en cuenta que el tratamiento a la semilla por sí solo, no puede presentar resultados altamente positivos si no se cuenta con un buen manejo de malezas hospederas y plagas antes de la siembra. Las plagas de suelo que atacan las semillas durante su germinación, emergencia y el establecimiento de la plántula, como Agrotis, Elasmopalpus, Spodoptera (Lepidóptera), quema-quema (Júlida), inclusive la mosca barrenadora de la soya (Díptera), pueden afectar el stand de plantas por metro lineal sino se hacen muestreos y controles oportunos.
En cuanto a plagas como Anticarsia, Chrysodeixis, Omiodes, Spodoptera y Heliothis (Lepidóptera), así como el complejo de picudos Promecops e Hipsonotus, Diabrotica y Ceratoma (Coleóptera), caracoles (Molluscos) entre otros, normalmente causan defoliación de hojas a lo largo del desarrollo del cultivo. Existen otras que afectan los órganos reproductivos como también los brotes tiernos, como el caso de Heliothis y Helicoverpa (Lepidóptera), o afectar tallos y axilas como Sternechus (Coleóptera) y la broca Maruca respectivamente.
Por su parte los chinches pentatómidos Piezodorus, Euchistus y Dichelops (Hemíptera), y el picudo de la vaina (Coleóptera), pueden llegar a ser un serio problema si no se toman las medidas necesarias, de tal forma que su presencia no comprometa el rendimiento, inclusive durante la formación de pequeñas flores y vainas. Otras plagas chupadoras como moscas blancas y búfalo de la soya (Hemiptera), trips (Thysanoptera) y los ácaros (ARACNIDOS), pueden afectar la parte foliar del cultivo y tener ataques más severos en ciertas épocas del año.
Aunque diferentes factores influyen en la respuesta de la planta al daño, es importante considerar la parte afectada de la planta, así como la fase de desarrollo en que ocurre el daño.
En realidad, no existe una fase menos importante que otra, si realizamos un buen manejo de las plagas desde la desecación, con el tratamiento de semillas correspondiente, seguido por monitoreos constantes que permitan controles preventivos en etapas vegetativas y reproductivas; de seguro todo esto contribuirá a minimizar los efectos negativos de las plagas en etapas más susceptibles.
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