Por Ing.Agr. Stella Candia
Stella Candia, es Ingeniera Agrónoma, Entomóloga, Especialista en manejo de plagas de cultivos extensivos, Maestría en Protección Vegetal (2002) Universidad Nacional de Asunción. Especialista en MIP en Universidad de Kobe-Japon (2003).
Parte de su carrera se desarrolló en empresas multinacionales como Tecnomyl, Bayer Cropsciences, entre otras.
Se especializa en el área de plagas en cultivos extensivos, siendo investigadora del Centro Regional de Investigación Agrícola, del ministerio de Agricultura y Ganadería del Paraguay.
Actualmente se encuentra trabajando como Docente Universitaria, Orientadora de Tesis de grado y postgrado y también como Técnico Desarrollista en la Consultora agronómica MAS, donde es socia propietaria.
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Actualmente la soja es considerada como el cultivo de renta y exportación más importante para el Paraguay, teniendo en cuenta la superficie de siembra y la producción en toneladas por hectáreas. En el ciclo 2017 - 2018 la superficie sembrada fue de 3.400.000 has, con una producción comercial de 10.262.575 toneladas, con un promedio de 3.018 kg/ha. (CAPECO 2018). En este contexto el maíz zafriña y el trigo son otros cultivos de mayor superficie de siembra, con lo que se tiene el sistema de producción de cultivos extensivos en Paraguay.
Gran parte de estos cultivos están sembrados bajo el sistema de siembra directa, donde los rastrojos crean un ambiente ideal para la proliferación de algunos enemigos naturales, la disminución de ciertas plagas como la broca del cuello Elasmopalpus lignosellus y favoreciendo a otros como las orugas cortadoras que se esconden bajos los rastrojos.
La soja es atacada por un gran número de plagas durante todo el ciclo, se las clasifica según el momento de aparición en plagas iniciales, plagas de etapa vegetativa y plagas de la etapa reproductiva; las plagas iniciales son aquellas que se caracterizan por atacar las semillas, raíces o plántulas, y disminuyen el stand inicial, las plagas de la etapa vegetativa frecuentemente causan defoliación y las plagas de la etapa reproductiva son responsables de las pérdidas en cantidad y calidad de granos. Existen también plagas que aparecen en cualquier etapa fenológica del cultivo como el caso de las moscas blancas, ácaros y trips.
En cuanto a las plagas iniciales, la práctica de control más utilizada es el uso de insecticidas curasemillas. Con esto se protege a las semillas y plántula por al menos tres semanas. Las plagas más comunes son las orugas cortadoras Agrotis sp y Spodoptera frugiperda, la broca del cuello Elasmopalpus lignosellus y el picudo de la soja Sternechus subsignatus.
Entre las plagas defoliadoras están varias especies de lepidópteros donde la oruga de la hoja Anticarsia gemmatalis es la primera en aparecer. Esta por sus hábitos alimentarios, que perfora las hojas sin respetar las nervaduras y prefieren las hojas nuevas, son fácilmente controladas con insecticidas de contacto e ingestión, como los reguladores de crecimiento y la técnica Bt.
La oruga falsa medidora Chrysodexis includens es una especie que hasta los años 2002- 2004 era considerada plaga secundaria y en raras ocasiones demandaba medidas de control, esta prefiere hojas más maduras, se alimenta respetando las nervaduras y se dificulta el control con insecticidas por que generalmente se aloja en el tercio medio de la planta, la tecnología Bt es eficiente para disminuir la población. Presenta varios controladores biológicos, donde se destaca el entomopatógeno Nomuraea rileyi, que ocasiona la enfermedad blanca. La aparición de este agente biológico está condicionada a la humedad y temperatura del ambiente, también es muy susceptible a los fungicidas utilizados para el control de la roya, razones por la que se observa el aumento poblacional en algunas zafras. (Candia 2015)
En el año 2013, fue reportada la presencia de Helicoverpa armígera, dañando hojas, flores y frutos de soja. La población no aumentó en los siguientes años, se la controla muy bien con insecticidas diamidas y la tecnología Bt.
El género Spodoptera es muy importante en la actualidad para el cultivo de soja en Paraguay, ya que la tecnología Bt tiene poca o nula acción sobre el mismo. Son varias especies presentes en las parcelas de productores; Spodoptera frugiperda Spodoptera eridania y Spodoptera cosmiodes, siendo estas últimas son muy difíciles de diferenciar en el campo. La especie Spodoptera eridania, conocida como oruga negra, ataca a las hojas y también puede atacar vainas, las hembras adultas colocan gran cantidad de huevos redondeados de 200 a 800 unidades, cubiertos por una capa de escamas como protección. Presentan un elevado porcentaje de viabilidad larval, las mismas son de coloración marrón oscura con una franja longitudinal amarilla en el cuerpo, interrumpida por una mancha oscura en el tórax. Estas orugas son encontradas en el tercio medio o inferior de la planta y son más activas en el horario nocturno, momento adecuado para su control.
La especie Spodoptera cosmioides, ataca una diversidad de cultivos, algodón, soja, malezas, hortalizas. Las larvas son muy parecidas a la s. eridania, pero las líneas longitudinales son más anaranjadas y la cabeza es de color castaño amarillento. Los daños de ambas especies son muy similares.
Durante la zafra 2018, se reportó en varias fincas la presencia de Spodoptera frugiperda como defoliadora primero y luego atacando vainas y granos lechosos. Las larvas se alojan en el tercio medio e inferior de la planta lo cual presenta dificultad para el control mediante insecticidas. La falta de ingredientes activos eficientes en el control constituye una preocupación de parte de los agricultores. En ese sentido se deben realizar pruebas de eficacia con insecticidas de diferentes grupos químicos, estudios de bioecología y pruebas de preferencia de alimentación.
En cuanto a las plagas de la etapa reproductiva se destacan los chinches, de hecho son los principales. Las especies más comunes en nuestro país pertenecen a la Familia: Pentatomidae y en la actualidad la especie más abundante es el chinche marrón Euchistus heros, seguido por el chinche barriga verde Dichelops spp, luego Edessa meditabunda, Nezara viridula y por ultimo Piezodorus guildinii muy escaso últimamente, según reportes de monitoreo realizados por la Consultora MAS en 2018.
También pueden aparecer plagas chupadoras como mosca blanca, Bemisia spp y trips, Caliothrips sp y en periodos secos aparecen ácaros de la familia Tetranichidae, Tetranychus uticae, estas pueden tener incidencia en el rendimiento del cultivo si la población es alta y los controles poco eficientes.
Esta especie es de fácil identificación, los adultos son de color marrón oscuro, con espinos en el pronoto y una media luna blanca en el dorso, al final del Escutelo. Los huevos son de color amarillo o beige, depositado en hileras o en pequeños grupos, colocados sobre hojas o vainas, generalmente en número de 5 a 8 huevos por postura. Esta especie tiene la particularidad de entrar en un descanso o diapausa bajo los rastrojos o en los montes cercanos a las parcelas. También poseen hospederos alternativos que ayudan a la plaga a sobrevivir cuando el cultivo de soja está ausente. Al chinche marrón se lo encuentra en el girasol, maíz, solanáceas, y compuestas donde se encuentran arbustos del monte, entre otros.
La longevidad media del adulto es de 116 días, este dato es muy importante ya que nos muestra que un adulto puede acompañar gran parte del ciclo del cultivo causando daño y dando descendientes, aumentando de esta forma la población.
Para iniciar un programa de manejo, sería interesante realizar Estudios de Evaluación de Parámetros Bio-ecológicos en la zafriña y entre zafra de la soja, para encontrar las respuestas de la abundancia poblacional de esta especie. También sería importante realizar estudios de tolerancia y resistencia de los mismos a los insecticidas más utilizados en las aplicaciones de parte de los productores.
Prácticamente más del 90 % de la población de E. heros es controlada con insecticidas químicos, del grupo Neonicotinoides, Piretroides, Fosforados o bien una mezcla de Neonicotinoides con Piretroides, (Candia 2018). Estos productos son aplicados repetidas veces durante la zafra y zafriña, en ocasiones sin tener en cuenta los niveles de control adecuados. El manejo y control del chinche marrón constituye un gran desafío para nuestra producción, ya que aparentemente necesita mayores dosis de insecticidas y mayor numero de aplicaciones para alcanzar porcentaje de de eficiencia mayores al 90% con una residualidad de 10 días.
El control químico es una de las principales estrategias para bajar la población que causa daños por su rapidez y flexibilidad. El control debe ser realizado durante el periodo reproductivo, la población debe muestrearse mediante el paño de batida vertical y cuando existan hasta 2 adultos por metro realizar la aplicación. Desde el periodo R4 - R5 la población debe ser mínima.
Lo ideal es realizar la rotación de ingredientes activos incorporando una aplicación de fosforados, por el riesgo de la tolerancia y resistencia de parte de los chinches a los insecticidas. En la medida que se ponga en práctica las aplicaciones solo en la etapa reproductiva cuando exista la población de 2 adultos por metro lineal y con los insecticidas adecuados en dosis adecuadas, se puede esperar la disminución de esta plaga y así la disminución de los daños al cultivo.
En un cultivo como la soja donde se presentan plagas directas como los chinches, importantes enfermedades como la Roya y algunas malezas resistentes ya detectadas como la Conyza sp (Mbuy o Buva), se debe recurrir al Manejo Integrado de estas áreas, integrando tecnologías eficientes y realizables de parte del Productor.