Por Ing. Agr. Diego Ozuna
Responsable I&D, Rainbow Paraguay
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El uso generalizado de la soja transgénica resistente a glifosato (soja RR) ha llevado a que la mayoría de los productores y empresas agrícolas del país usaran este herbicida reiterada e indiscriminadamente como estrategia de manejo para el control de malezas tanto en barbecho como durante el cultivo de soja. Como consecuencia de este uso frecuente, y probablemente a desajustes en las dosis aplicadas, ha ocurrido un incremento en el número de especies tolerantes y surgen sospechas de resistencia a glifosato.
Esto motivó además que incrementaran los casos de fallas con las aplicaciones de este herbicida, lo que llevó a que, en primer término, se aumentara el número de aplicaciones acrecentando aún más la presión de selección sobre malezas.
Como alternativa más efectiva se empezó a utilizar otros herbicidas con diferentes mecanismos de acción con el fin de disminuir o complementar el uso de glifosato.
Una de alternativas más frecuentes es el uso del clorimurón, perteneciente a la familia de las sulfonilureas tanto en la desecación como en el cultivo debido a su amplio espectro de acción, gran residualidad y bajo precio. El chlorimuron-ethyl es un herbicida de acción sistémica y residual recomendado para barbecho y pos emergencia de soja respectivamente, actúan como inhibidores de la enzima acetolactato sintase (ALS), ganó popularidad en la comunidad agrícola y aumentó su uso debido a la elevada eficacia agronómica en el control de diversas especies, las bajas dosis recomendadas, la baja toxicidad a los mamíferos y a la selectividad a varios cultivos (Rost, 1984; Shaner & Singh, 1993).
Sin embargo, de acuerdo a experiencias de muchos agricultores, la aplicación de clorimurón en desecación pre siembra requiere un importante intervalo antes de la siembra, más aun usando dosis elevadas, lo que hace esta práctica muy poco flexible y riesgosa.
En consideración del riesgo que pudiera tener el manejo errado de estos herbicidas en barbecho para soja, se entendió de interés realizar estudios pertinentes a fin de poder evaluar el comportamiento del mismo y el impacto en el cultivo de soja.
∙ Determinar la influencia del herbicida chlorimuron-ethyl, aplicado en diferentes momentos y dosis antes de la siembra de la soja sobre el desarrollo inicial del cultivo.
∙ Determinar el porcentaje de fitotóxicidad inicial en el cultivo de soja, a consecuencia de la aplicación de chlorimuron-ethyl en diferentes momentos y dosis previo a la siembra.
∙ Cuantificar la altura de planta inicial de la soja, con la aplicación de chlorimuron-ethyl en diferentes momentos y dosis previo a la siembra.
∙ Estimar la cobertura inicial de malezas en el cultivo de soja, con la aplicación de chlorimuron-ethyl en diferentes momentos y dosis previo a la siembra.
∙ Determinar la materia seca a los 40 DDE de la soja, con la aplicación de chlorimuron-ethyl en diferentes momentos y dosis previo a la siembra.
El ensayo fue instalado en una parcela del distrito de Pirapó, departamento de Itapúa, en 27° 17’ 10’’ de latitud sur y 55° 49’ 30’’ de longitud oeste, y una altitud de 223 metros sobre el nivel del mar. Cuenta con un historial de más de 20 años de siembra directa con rotaciones de cultivos de maíz, trigo, avena, y soja. El periodo de ejecución fue entre octubre de 2017 a febrero de 2018.
El diseño experimental utilizado fue de bloques completos al azar con arreglo factorial y tres repeticiones. El factor A ha sido momento de aplicación con tres niveles, a los 12 días antes de la siembra (DAS), 6 DAS y en el día de la siembra; y el factor B correspondiente a dosis de chlorimuron-ethyl 75% con cinco niveles (0, 30, 60, 90 y 120 g/ha-1). De la combinación de los niveles de cada factor surgieron 15 tratamientos que se muestran en la Tabla 1.
Las unidades experimentales estuvieron compuestas de seis hileras de soja, distanciadas a 0,45 metros, y cinco metros de longitud, completando 13,5 metros cuadrados. El ancho de la barra de aplicación fue de dos metros, quedando el resto de la unidad experimental como testigo apareado. Todas las mediciones fueron realizadas en los dos surcos centrales de cada parcela ya que se consideran las mejor aplicadas y permite descartar cualquier efecto de deriva de parcelas contiguas.
La aplicación de los herbicidas se realizó con un pulverizador a gas carbónico a presión constante de 40 libras por pulgada cuadrada y caudal de 150 l/ha. La barra del equipo, de dos metros de ancho de aplicación, contaba con cuatro picos distanciados a 50 cm; el tipo de pastillas ha sido de abanico plano, color verde, 110-015.
La primera aplicación, la de 12 DAS, fue hecha el 12 de octubre de 2017, iniciándose la misma a las 7:15 horas. Las condiciones ambientales en el momento de la aplicación fueron: temperatura de 22 °C, humedad relativa del 64%, y, velocidad de viento de aproximadamente 5 km/hora.
La segunda aplicación, la de 6 DAS, fue hecha el 18 de octubre de 2017, iniciándose la misma a las 7:15 horas. Las condiciones ambientales en el momento de la aplicación fueron: temperatura de 22 °C, humedad relativa del 64%, y, velocidad de viento de aproximadamente 5 km/hora.
La tercera aplicación, la de 0 DAS, fue hecha el 24 de octubre de 2017, iniciándose la misma a las 7:15 horas. Las condiciones ambientales en el momento de la aplicación fueron: temperatura de 22 °C, humedad relativa del 64%, y, velocidad de viento de aproximadamente 5 km/hora.
Tabla 1. Tratamientos. Momentos de aplicación, herbicidas, concentración y dosis de producto comercial.
La siembra y fertilización fue efectuada con una sembradora de granos gruesos, el 24 de octubre de 2017. La variedad utilizada fue la Sojapar R 19. El distanciamiento entre hileras fue de 0,45 metros y con aproximadamente 12 semillas por metro lineal. Se hizo una fertilización básica con 180 kg/ha-1 de la formulación 04-30-10.
Cuadro 1: Registro de precipitaciones durante duración del ensayo.
Meses |
Lluvias caídas (mm) |
Octubre |
325 |
Noviembre |
105 |
Diciembre |
214 |
Enero |
201 |
Febrero |
33 |
Fuente: Cooperativa Pirapó, 2017/18.
Porcentaje de fitotoxicidad. Se evaluó a los 12 y 19 días después de la emergencia del cultivo.Para la determinación del daño a las plántulas de soja, fue utilizada la evaluación cualitativa, el cual se basa en el establecimiento de escalas arbitrarias. En este caso fue usado el porcentaje de fitotóxicidad de la ALAM (Asociación Latino Americana de Malezas). Cero por ciento indica igualmente cero fitotóxicidad y un valor de cien por ciento significa eliminación total de plántulas de soja.
Altura de planta. Fue registrada a los 33 DDE del cultivo, con una regla de un metro de longitud. Se midieron diez plantas de cada unidad experimental, considerándose desde el nivel del suelo hasta el ápice del tallo principal. Fue expresado en centímetros.
Aspecto de parcela. Fue hecha con una escala que va del 1 al 5, correspondiendo 1 a las parcelas con plantas uniformes, bien desarrolladas, con buen color de hojas y con buen stand inicial de plantas y 5 a las que tenían plantas menos uniformes, menor desarrollo y con cambio de color de hojas. Calificaciones intermedias según criterio del evaluador. Fue realizado a los 33 DDE del cultivo.
Cobertura de malezas. Se cuantificó el porcentaje de cobertura de plantas dañinas a los 33 DDE del cultivo. Se discriminó el área ocupada por malezas y área que quedaba libre de ellas. Luego, el porcentaje correspondiente a las invasoras fue estimado según la superficie ocupada por la suma de todas las especies.
Materia seca de plantas de soja. A los 40 DDE del cultivo, se tomaron al azar diez plantas de soja de cada unidad experimental, las cuales fueron cortadas a ras del suelo con una tijera de podar. Se colocaron en bolsas de papel y fueron llevadas a una estufa donde fueron sometidos a una temperatura de 80 °C durante 72 horas. Luego fueron sacados de la estufa e inmediatamente pesados con la ayuda de una balanza de precisión. Los datos fueron registrados en gramos por cada diez plantas.
Fitotóxicidad sobre plántulas de soja a los 12 DDE.
En la tabla 2 se puede apreciar que hubo diferencia significativa para el factor momento de aplicación, altamente significativa para el factor dosis de chlorimuron y no significativa para la interacción dosis por momento de aplicación del herbicida.
Tabla 2. Porcentaje promedio de fitotóxicidad sobre plántulas de soja, a los 12 DDE, según momentos y dosis de aplicación de chlorimuron-ethyl 75%. Pirapó, 2017.
El mayor promedio de fitotóxicidad sobre plántulas de soja se registró con la aplicación de chlorimuron-ethyl efectuada momentos previos a la siembra de la soja. El valor ha sido de 7,6%, el cual ha sido estadísticamente similar a la aplicación hecha a los 6 DAS y superior a la realizada 12 DAS de la soja.
Teniendo en cuenta el factor dosis de chlorimuron-ethyl, el mayor promedio de porcentaje de fitotóxicidad ha sido de 10,2%, posteriormente se puede observar una disminución gradual del porcentaje proporcional a la disminución de la dosis del herbicida. El síntoma observado ha sido menor desarrollo de las plántulas de soja. Teniendo en cuenta el bajo porcentaje de fitotóxicidad esto corrobora lo mencionado por Papa, (2011), este investigador menciona que en sus ensayos con chlorimuron en dosis de marbete realizados en la Argentina, los daños por fitotóxicidad no fueron significantes.
En la tabla 3 se puede apreciar que para la variable porcentaje de fitotóxicidad a los 19 DDE, hubo diferencia altamente significativa para los factores momento de aplicación y dosis de chlorimuron, y no significativa para la interacción dosis por momento de aplicación del herbicida.
Tabla 3. Porcentaje promedio de fitotóxicidad sobre plántulas de soja, a los 19 DDE, según momentos y dosis de aplicación de chlorimuron-ethyl 75%. Pirapó, 2017.
Teniendo en cuenta las medias de momento de aplicación del herbicida, el mayor valor correspondió a la efectuada el mismo día de la siembra de la soja, disminuyendo con los realizados a los seis y doce días antes de la siembra de la soja.
Según el test de comparación de medias el de 0 DAS ha sido estadísticamente superior a los demás niveles del factor.
Para el factor dosis de chlorimuron-ethyl, a los 19 DDS, promedios de porcentaje de fitotóxicidad estadísticamente similares se dieron con las dosis de 60, 90 y 120 g/ha-1 de chlorimuron-ethyl 75%. Ha sido bajo el nivel de daño de la dosis de 30 g/ha, el cual ha sido diferente a las demás dosis y similar al testigo sin aplicación de chlorimuron.
Como no hubo interacción significativa, con el incremento de la dosis de chlorimuron hubo un aumento en el porcentaje de fitotóxicidad sobre plántulas de soja para cada uno de los niveles de momento de aplicación del herbicida. Con la dosis de 120 g/ha-1 aplicado en el día de la siembra, se registró una media de 27% de fitotóxicidad sobre plantas de soja; éste valor estuvo por debajo de 40% de fitotóxicidad, límite a partir del cual se considera que los daños ya podrían incidir negativamente en el rendimiento final de la soja. Esto coincide con Vidrine et al., 2002, con ensayos realizados con dosis de chlorimuron en mezcla con glifosato en desecación, estos autores mencionan que los daños causados por fitotóxicidad fueron notorios
visualmente y que variaron de 6% al poco más del 30%, sin embargo, no generaron un efecto severo a la soja. También coincide con Procópio et al., (2006) en donde estos autores manifiestan que en lecturas de 13 días después de la aplicación (DDA)los daños por fitotóxicidad fueron hasta un 33% y la lectura de 25 DDA los daños observados no superaron el 15%.
Comparando las lecturas efectuadas a los 12 DDE y 19 DDE, hubo un aumento del porcentaje de fitotóxicidad con la evaluación hecha a los 19 DDE del cultivo.
En la tabla 4 se puede apreciar los datos promedios de altura de planta de soja según tratamientos.
Tabla 4. Porcentaje promedio de altura de plantas de soja, en cm, a los 33 DDE, según momentos y dosis de aplicación de chlorimuron-ethyl 75%. Pirapó, 2017.
Según el análisis de varianza se presentó diferencia significativa para el factor momento de aplicación; hubo diferencia significativa para el factor dosis de chlorimuron, y no hubo diferencia significativa para la interacción momento por dosis del herbicida.
Según momentos de aplicación, las medias han sido muy parecidas, con valores iguales para los momentos de 6 y 12 DAS. La altura de planta de la soja, con la aplicación hecha en el momento de la siembra ha mostrado un promedio levemente inferior a los demás niveles, aunque esta diferencia no ha sido estadísticamente diferente.Teniendo en cuenta el factor dosis del herbicida, la media de altura de planta del testigo sin aplicación de chlorimuron-ethyl ha sido de 19,1 cm a los 33 DDE de la soja.
A partir de ahí, las medias de altura de planta fueron decreciendo con el incremento de las dosis de chlorimuron-ethyl hasta llegar a un mínimo de 16,9 cm con 120 g/ha-1 del herbicida. Los datos indican que con el uso del herbicida chlorimuron- ethyl en desecación, momentos antes de la siembra del cultivo, influye negativamente en la altura de plantas de soja en estadíos iniciales de desarrollo.Con las tres aplicaciones, a los 0, 6 y 12 DAS, con el incremento de la dosis de chlorimuron hubo una disminución de las medias de altura de planta de la soja. Como el comportamiento es muy similar no se detectó diferencia significativa para la interacción de los dos factores. Teniendo en cuenta la diferencia entre la dosis mayor y el testigo, a los 0 DAS la diferencia ha sido de 3 cm, a los 6 DAS fue de 2 cm y en el momento de la siembra fue de 1 cm aproximadamente, con una disminución de 1 cm por cada seis días de aplicación próximas de la siembra.
En el análisis de varianza de los datos de aspecto de parcela, resultó que hubo diferencias altamente significativas para los factores momento de aplicación y dosis de chlorimuron-ethyl, no así para la interacción momento por dosis del herbicida.
Tabla 5. Promedio de aspecto de parcelas de soja, a los 33 DDE, según momentos y dosis de aplicación de chlorimuron-ethyl 75%. Pirapó, 2017.
Según la Tabla 5, para las medias de momento de aplicación, las mejores parcelas correspondieron a las pulverizaciones efectuadas a los 6 y 12 DAS. La media diferente, con peores calificaciones para aspecto de parcela, han sido la de unidades experimentales que recibieron la aplicación de chlorimuron-ethyl momentos antes de la siembra del cultivo.
Sin aplicación de chlorimuron-ethyl, se registraron los mejores valores de aspecto de parcela, siendo estadísticamente diferente a los demás niveles del factor. Con el incremento de las dosis también se fueron incrementando los valores para aspecto de parcela, los cuales estuvieron directamente relacionados con los síntomas de fitotóxicidad sobre plántulas de soja en los estadíos iniciales del cultivo. Con 30 g/ha-1, se observaron parcelas con leves daños en comparación al testigo. Los niveles de 60, 90 y 120 g/ha-1 de chlorimuron ya presentaron medias más altas y han sido estadísticamente diferentes al de 30 g/ha-1 y al testigo sin aplicación de chlorimuron- ethyl.
Con las tres aplicaciones, a los 0, 6 y 12 DAS, con el incremento de la dosis de chlorimuron hubo un aumento de las medias de aspecto de parcelas de soja. Como el comportamiento es muy similar no se detectó diferencia significativa para la interacción de los dos factores.
En el análisis de varianza de los datos de porcentaje de cobertura de malezas, resultó que hubo diferencia altamente significativa para el factor dosis de chlorimuron- ethyl, no así para el factor momento de aplicación, ni para la interacción momento por dosis del herbicida.
Tabla 6. Promedio de porcentaje de cobertura de malezas, a los 33 DDE, según momentos y dosis de aplicación de chlorimuron-ethyl 75%. Pirapó, 2017.
El momento de aplicación, no influyó significativamente en el porcentaje de cobertura de malezas a los 33 DDE de la soja. Teniendo en cuenta el factor dosis del herbicida, sin aplicación de chlorimuron-ethyl se registraron los mayores valores de porcentaje de cobertura de malezas, siendo éste promedio estadísticamente diferente a los demás es un resultado esperado ya que este herbicida posee acción residual. Con el incremento de las dosis se ha registrado disminución del porcentaje de control de las malezas. Según el test de comparación de medias no hubo diferencia significativa entre los niveles de 30, 60, 90 y 120 g/ha-1 de chlorimuron-ethyl. Es un resultado esperado ya que este herbicida posee acción residual en el suelo, y el tratamiento testigo (glifosato sin mezcla de tanque con chlorimuron), permite la emergencia de las malezas en los días posteriores a la siembra de la soja.
En el análisis de varianza de los datos de materia seca de 10 plantas de soja, resultó que hubo diferencia altamente significativa para el factor dosis de chlorimuron- ethyl, no así para el factor momento de aplicación, ni para la interacción momento por dosis del herbicida.
Tabla 7. Promedio de materia seca de diez plantas de soja (g), a los 40 DDE, según momentos y dosis de aplicación de chlorimuron-ethyl 75%. Pirapó, 2017.
El factor momento de aplicación, no influyó significativamente en la materia seca de 10 plantas de soja a los 40 DDE del cultivo.
Teniendo en cuenta el factor dosis del herbicida, sin aplicación de chlorimuron- ethyl, se registró el mayor valor de materia seca de plantas de soja, siendo éste promedio estadísticamente diferente a los demás. Con el incremento de las dosis hubo una tendencia a la disminución de materia seca de las plántulas de soja. Según el test de comparación de medias, no hubo diferencia significativa entre los niveles de 30, 60 y 90 g/ha-1 de chlorimuron-ethyl; de igual forma los niveles de 60, 90 y 120 g/ha-1 han sido estadísticamente similares entre sí. Es un resultado esperado ya que este herbicida posee acción residual en el suelo, y el tratamiento testigo (glifosato sin mezcla de tanque con chlorimuron), permite la emergencia de las malezas en los días posteriores a la siembra de la soja. La diferencia del promedio de materia seca de 10 plantas del testigo con las diferentes dosis de chlorimuron-ethyl estuvo entre 15 a 30 g, el cual indica el efecto negativo de éste herbicida sobre las plantas de soja en los estadíos iniciales de desarrollo.Para la interacción momento de aplicación por dosis de chlorimuron, no hubo diferencia significativa, resultando que para las aplicaciones efectuadas a los 0, 6 y 12 DAS hubo una disminución en la materia seca de plantas de soja a los 40 DDE del cultivo.
En función a los resultados obtenidos y en las condiciones llevadas a cabo el experimento, podemos concluir que dosis altas de clorimuron 75% (más de 60 gr) aplicados cerca de la siembra pueden afectar negativamente el desarrollo inicial de la soja, por lo que se recomienda tener cuidado y racionalizar el uso de este herbicida.
Además, la aplicación secuencial y repetida de herbicidas residuales ALS en el suelo puede incrementar la fitotoxicidad en los cultivos de rotación. Esta residualidad puede variar según el tipo de suelo, pH, temperatura, cantidad de lluvias, entre otros factores.
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