Por Ing. Agr. Eduardo M. Sierra
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Durante el final del verano y lo que va del otoño, el escenario climático cambió de signo, en forma contrapuesta.
El enfriamiento del Océano Pacífico ecuatorial disminuyó considerablemente, asumiendo un estado neutral levemente frío.
Paralelamente, el Océano Atlántico Sur se calentó debido al avance hacia el sur de la corriente marina cálida del Brasil, mientras la corriente marina fría de Malvinas retrocedió hasta casi desaparecer. Este proceso fue potenciado por la descarga de aguas calientes, procedentes de la alta cuenca de los grandes ríos Paraná y Uruguay, que vierten su caudal en el río de La Plata.
Esta recombinación de factores invirtió la marcha del clima.
El área agrícola de latitudes medias, previamente afectada por la sequía, pasó a experimentar una racha de precipitaciones abundantes, que se extendió a lo largo de Abril, reponiendo las reservas de humedad de los suelos, aunque al mismo tiempo, entorpeció la cosecha de los cultivos de verano.
Contrariamente, el área cercana al Trópico que, hasta Marzo, venía siendo beneficiada por precipitaciones abundantes, experimentó una racha seca, que obstaculizó la siembra de los cultivos de invierno.
De mantenerse esta combinación de factores, la campaña 2018/2019, podría desarrollarse en un escenario climático mucho más cercano a lo normal que el registrado durante la campaña precedente.
Durante lo que queda del otoño, el escenario climático continuará evolucionando hacia un estado medio, pero es probable que se experimenten algunas perturbaciones.
Como es usual en esta época del año, las precipitaciones reducirán su intensidad.
La circulación tropical disminuirá su intensidad, aunque manteniéndose algo por encima de su nivel medio, haciendo que Bolivia, el NOA, la Región Occidental del Paraguay, la Región del Chaco, el Este de Cuyo y el Norte de la Región Pampeana, observen precipitaciones algo superiores al promedio, con leve a moderado riesgo de tormentas severas.
El Sudoeste de la Región Pampeana y Cuyo observarán precipitaciones escasas, pero algo superiores al promedio, con nevadas abundantes en la Cordillera.
La Región Oriental del Paraguay, el centro de la Región Pampeana, la Mesopotamia y el Uruguay experimentarán precipitaciones moderadas, con focos de valores abundantes, con moderado riesgo de tormentas severas.
La circulación entre el Ecuador y el Polo Sur continuará moderadamente activada.
Por un lado, se producirán largos períodos cálidos, que se alternarán con cortos pero muy intensos descensos térmicos, en gran parte de La Argentina y el Uruguay, aunque es poco probable que alcancen Bolivia y el Paraguay.
El riesgo de heladas intensas será menor que el usual, ya que no se prevén entradas de aire polar de gran intensidad.
El escenario climático invernal continuará evolucionando hacia su promedio, pero experimentando perturbaciones de moderada intensidad.
La circulación tropical alcanzará su mínimo estacional, pero continuará algo por encima de su nivel medio, provocando algunas precipitaciones fuera de época sobre Bolivia, el NOA, la Región Occidental del Paraguay, la Región del Chaco, el Este de Cuyo y el Norte de la Región Pampeana.
El Sudoeste de la Región Pampeana y Cuyo seguirán experimentando precipitaciones escasas, pero algo superiores al promedio, con nevadas abundantes en el piso alto de la Cordillera.
La Región Oriental del Paraguay, la mayor parte de la Región Pampeana, la Mesopotamia y el Uruguay experimentarán precipitaciones moderadas, en su porción occidental, y abundantes, en su margen oriental, con leve riesgo de tormentas severas.
La circulación entre el Ecuador y el Polo Sur continuará moderadamente activada.
Por un lado, se producirán largos períodos cálidos, que se alternarán con cortos pero muy intensos descensos térmicos, con moderado a alto riesgo de heladas invernales en gran parte de La Argentina y el Uruguay, llegando hasta el sur de la Región Oriental del Paraguay, pero sin alcanzar Bolivia.
Debido a que se atraviesa la transición entre la campaña agrícola que termina y la que está comenzando, la tendencia positiva expuesta , todavía no se encuentra firme, y podría sufrir ajustes positivos o negativos.
En particular, debe tenerse en cuenta que, el fenómeno de “La Niña”, que fue uno de los principales factores que se hicieron sentir durante la campaña 2017/2018, no se disipó, sino que migró hacia el Hemisferio Norte, donde viene afectando a los cultivos de invierno en los EE. UU. y manteniendo una tendencia firme en los mercados.
Si este impacto en los EE. UU, continuara, y posteriormente, impactara sobre los cultivos de verano, estaría indicando el riesgo de que “La Niña” mantenga su actividad en el Hemisferio Norte y, en la primavera próxima, retorne con fuerza al Hemisferio Sur, volviendo a perturbar la marcha del clima.
La temperatura del Atlántico es otro factor cuya evolución todavía no puede darse por firme.
El presente calentamiento se debe en parte a la descarga de aguas calientes aportada por los grandes ríos de la Cuenca del Plata, pero este proceso irá en disminución hasta alcanzar su mínimo valor hacia el mes de Agosto, por lo que su persistencia no puede asegurarse.
Por estas causas, aunque la tendencia actual es positiva, todavía no es posible asegurar cómo se presentará el escenario climático durante la primavera 2018 y el verano 2019, por lo que habrá que continuar monitoreando la evolución del clima, hasta tanto su signo e intensidad se estabilicen
Ing. Agr. Eduardo M. Sierra
Especialista en Agroclimatología